"Malvinas tiene muchas historias, la mía fue el desembarco”con esa frase nos recibió el Compañero Nodocente Nicolás Palomino que trabaja en la Editora de nuestra Universidad.

En su casa afloran las memorias de la Guerra de Malvinas, “acá no hay un día que no se hable de Malvinas” dice emocionado. Una pared llena de recuerdos con certificados, plaquetas recordatorias y un álbum de fotos junto a cartas y recortes de diarios son testigos de su historia, “a muchos compañeros de las fotos nunca más los volví a ver”.

Perteneció al Batallón de Infantería de Marina Nº 2 con asiento en Punta Alta, “mi Batallón participó en la llamada “Operación Rosario” nombrada así en honor a la virgen del Rosario, Patrona de la Armada”. Fue la Fuerza conjunta de la Armada y el Ejército argentino que desembarcaron en Malvinas, al mando del Contraalmirante Carlos Busser.

Con 19 años recién cumplidos entró en el Servicio Militar, “en septiembre de 1981 la notificación me llegó a mi casa, mi número de sorteo fue 897…Armada y para colmo Infantería de Marina…hicimos la instrucción en el CIFIM (Centro de Información y Formación de Infante de Marina en la ciudad de La Plata, ahí fueron tres meses durísimos, luego de eso esperamos los destinos a los diversos Batallones”.

“Nunca supimos que nos convocaban a ir a Malvinas”.

“En el último mes el Batallón estaba muy revuelto, algo raro sentíamos que había. El batallón no estaba tranquilo como siempre” recuerda como presagio de lo que pasó.

“El día 28 de marzo 10:30 horas más o menos embarcamos en el Buque A.R.A. Cabo San Antonio sin saber a dónde íbamos”.

Después de días navegando en aguas turbulentas donde"padecimos una tormenta que parecía que el Buque se iba a partir en dos" el día 30 de marzo llegaron las palabras del Contraalmirante Carlos Busser que las recuerda emocionado “nuestra misión es la de desembarcar en las Islas Malvinas y desalojar a las fuerza militares británicas que se encuentran en ella. El destino ha querido que seamos nosotros los encargados de reparar estos casi 150 años de usurpación. Sean duros con el enemigo pero corteses y respetuosos con la población de nuestro territorio. Mañana ustedes serán los vencedores. Que dios los proteja y viva la Patria”.

El desmbarco comenzó "en la madrugada con buzos tácticos que limpiaron el camino para la entrada del Buque A.R.A. Cabo San Antonio con los infantes de Marina entre las 9:30 horas oficial habíamos recuperado las Islas".

Una vez tomado el control de las Islas “nos quedamos en custodia de Puerto Argentino y ahí empezaron a llegar las tropas argentinas y todo lo que tiene que ver con logística y el 6 de abril volvimos al continente” para permaneceren la Isla Grande de Tierra del Fuego como parte de la Reserva Estratégica Operacional del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur.

“Soy un simple soldado que con mi patria sigo en deuda”.

Al finalizar la Guerra “volvimos desde Rio Grande en un Hércules al Aeropuerto Comandante Espora de Bahía Blanca y de ahí en camiones al Batallón y cuando pasamos la gente nos aplaudía, no sabíamos por qué, si encima habíamos perdíamos la guerra”.

Hoy a la distancia afirma Nicolás “Si me preguntas si volvería, sí, volvería porque es una materia pendiente porque la guerra se perdió en realidad”.

“El gran dolor fue lo posterior la vuelta a casa”.

“Nosotros fuimos olvidados” asevera tajante, “tuvimos entre 15 y 20 años totalmente olvidados, donde decir que eras Veterano de Guerra era mejor callarlo".

El reconocimiento del Estado llegó recién en el año 1993 “en época de Menem se puso la primer 1er pensión al Veterano de Guerra y ya en épocas de Néstor Kirchner se aumentó esa pensión”.

En nuestra ciudad se estableció el Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas en calle Ayacucho 1477, “pertenezco al centro y lo que allí nosotros vemos que duele más no es el haber perdido la Guerra sino el olvido, el gran dolor fue lo posterior la vuelta a casa el no reconocimiento, 37 años después existe todavía y eso es lo que más te duele”.

“Eternamente agradecido a APUR y a Miguel Roldán”.

Luego de concluida la Guerra fue dado de baja y a su vuelta a Rosario “trabajé en el Ferrocarril más de 10 años” cuando en plena etapa de las privatizaciones fue pasado a retiro voluntario.

En 1998 llega la posibilidad de comenzar a trabajar como Nodocente, en reunión con Miguel Roldán me dice “tenés que ir a hablar con Eduardo Creus en la Editorial de Universidad Nacional de Rosario, y así lo hice. Hoy ya llevo 21 años trabajando y cumpliendo funciones en el taller como Técnico Gráfico en el manejo de la entapadora, dobladora y la cortadora. Además cumpliendo con el 2do mandato como Delegado Sindical”.

“Miguel Roldán me hizo un reconocimiento por ser ex combatiente, me dio la fuente de trabajo, voy a estar eternamente agradecido a él y a APUR” concluyó.

Recuerdos en fotos